sábado, 31 de julio de 2010

Comida impresa


Es muy curioso lo que una se encuentra una dándose un chapuzón en la red… hace unos días en una de esas inmersiones que de vez en cuando me gusta hacer, me encontré con una noticia muy curiosa…

La noticia se titulaba “Comida recién salida de… la impresora” ¡!??!! Al parecer en esta ya imparable carrera por lo más difícil todavía o lo más extraño, cuando no lo más inútil -lo digo en el sentido de aquello en lo que nunca se nos había ocurrido pensar, pero que en cuando lo vemos, nos enganchamos y no podemos vivir sin ello aunque a veces no sabemos por que-, esta vez el invento va a dejar alucinados hasta los mas “geek” o sea los fanáticos de la informática, pues parece que los científicos del cotizado MIT, el Instituto Tecnológico de Massachussetts, han inventado una “impresora personal de alimentos'. Bautizado como Digital Fabricator, el nuevo dispositivo además de cocinar los alimentos almacena y refrigera sus ingredientes, los combina, los cocina y los “imprime” a gusto del consumidor. Y mientras vierte cada contenido en “cabezales” de impresión independientes puede enfriarlos o calentarlos.

Los investigadores que han conseguido llevar a la industria de la alimentación hasta la era digital, auguran que permitirá desarrollar nuevas texturas y sabores hasta ahora imposibles de obtener con las técnicas tradicionales. Además, los usuarios del aparato podrán controlar el valor nutricional exacto y la calidad de cada comida que preparan gracias a una pantalla táctil en la que pueden escoger parámetros como el contenido de carbohidratos y grasas. Y, por supuesto, contabilizar las calorías. Por si fuera poco, con este dispositivo la comida se fabrica capa a capa, lo que también ofrece interesantes posibilidades estéticas y te las sirven en bandeja…

La idea es sin duda original aunque espero que no nos lleve a deshacernos de nuestras cacerolas, ollas, hornos y sartenes, al menos por un par de generaciones aún, y ¿que sería de un mundo sin restaurantes?, tendríamos que quedar con la familia y los amigos en Skype sincronizando nuestras impresoras para degustar juntos una comida digital…. Creo que esto no deja de ser un paso más hacia una mayor dependencia de las máquinas, espero que las generaciones futuras serán capaces de discriminar entre la utilidad del uso de las mismas que es innegable, nos facilita muchas tareas diarias y la servidumbre y el aislamiento físico que pueda llegar a producirnos un exceso de uso.

Para todos aquellos que inician hoy sus vacaciones les deseo un feliz descanso y que se pasen de vez en cuando por alguna tasca, un chiringuito, un guachinche o se lleven su comida al campo… no es tan sofisticado como lo que nos espera, pero tiene todavía mucho encanto.

viernes, 23 de julio de 2010

Las estrellas de mar

A veces nos sentimos aburridos, descorazonados -dicen algunos-, quemados -dicen otros-, con nuestra actividad por mucho que esta sea de carácter vocacional, cuando vemos lo poco que se quieren algunas personas y que nuestros esfuerzos por hacerles tomar conciencia parecen vanos… para todos aquellos que se sienten así, les pido que no se desanimen, tarde o temprano nuestro esfuerzo resulta útil. Este cuento es para ellos…

“Había una vez un escritor que vivía a orillas del mar; una enorme playa virgen donde tenía una casita donde pasaba temporadas escribiendo y buscando inspiración para su libro. Era un hombre inteligente y culto y con sensibilidad acerca de las cosas importantes de la vida. Una mañana mientras paseaba a orillas del océano vio a lo lejos una figura que se movía de manera extraña como si estuviera bailando. Al acercarse vio que era un muchacho que se dedicaba a coger estrellas de mar de la orilla y lanzarlas otra vez al mar. El hombre le preguntó al joven qué estaba haciendo. Éste le contestó:

-Recojo las estrellas de mar que han quedado varadas y las devuelvo al mar; la marea ha bajado demasiado y muchas morirán.

Dijo entonces el escritor:

-Pero esto que haces no tiene sentido, primero es su destino, morirán y serán alimento para otros animales y además hay miles de estrellas en esta playa, nunca tendrás tiempo de salvarlas a todas.

El joven miró fijamente al escritor, cogió una estrella de mar de la arena, la lanzó con fuerza por encima de las olas y exclamó:

-Para ésta sí tiene sentido.

El escritor se marchó un tanto desconcertado, no podía explicarse una conducta así. Esa tarde no tuvo inspiración para escribir y en la noche no durmió bien, soñaba con el joven y las estrellas de mar por encima de las olas. A la mañana siguiente corrió a la playa, buscó al joven y le ayudó a salvar estrellas.”

sábado, 17 de julio de 2010

Propio juicio

A un oasis llega un joven, toma agua, se asea y pregunta a un anciano que se encuentra descansando:

- ¿Que clase de personas viven aquí?

El anciano le pregunta:

- ¿Que clase de gente había en el lugar de donde tu vienes?

"Un montón de gente egoísta y mal intencionada"replicó el joven

- Estoy encantado de haberme ido de allí.

A lo cual el anciano comento: .

- Lo mismo habrá de encontrar aquí.

Ese mismo día otro joven se acerco a beber agua al oasis y viendo al anciano preguntó:

-¿Que clase de personas viven en este lugar?
El viejo respondió con la misma pregunta:

-"¿Que clase de personas viven en el lugar de donde tu vienes?

-"Un magnifico grupo de personas, honestas, amigables, hospitalarias, me duele mucho haberlos dejado.

- "Lo mismo encontrarás aquí", respondió el anciano.

Un hombre que había escuchado ambas conversaciones le preguntó al viejo:.

- ¿Como es posible dar dos respuestas tan diferentes a la misma pregunta?

A lo cual el viejo contestó:

- "Cada uno de nosotros solo puede ver lo que lleva en su corazón". .

- Aquel que no encuentra nada bueno en los lugares donde estuvo no podrá encontrar otra cosa aquí ni en ninguna otra parte.

- Si te sientes dolorido por alguna causa externa; no es eso lo que te perturba. Si no tu propio juicio sobre ella.

viernes, 9 de julio de 2010

Comunión Roja

¡Por fin algo que une a todo este país!

Quién iba a pensar que este deporte que levanta las pasiones de la mayoría y produce el rechazo de algunos, nos iba a elevar a este estado de gracia en el que se encuentra hoy todo el país y hacernos olvidar por unos días, la crisis, los problemas de todo tipo y hasta el calor!

Hay que reconocer que los deportistas españoles y entre ellos la selección de futbol, están dando un grandísimo y extraordinario ejemplo a todo el país y ahora también al mundo, por su excelente comportamiento, su esfuerzo, trabajo en equipo, humildad, respeto y solidaridad así como concentración en el objetivo común que está dando frutos, demostrando que todos estos jóvenes sí tienen valores.

El ser humano necesita modelos, héroes, que resuenan con los arquetipos que anidan en el inconsciente colectivo de los grupos humanos. Esos héroes son símbolos, y los símbolos como decía Jung, ponen en funcionamiento un enorme potencial de energía que nos devuelve la fe en nosotros mismos.

La Roja, empezando por su entrenador, está devolviendo un sentimiento de esperanza a los españoles, pero sobre todo lo que es más importante una tremenda autoestima que es ahora como un balón de oxígeno, como un baño limpiador, regenerador y que podemos aprovechar imitando sus valores, y su actitud ante los problemas y los retos. Hoy los españoles se sienten por fin, orgullosos de serlo, se envuelven en su bandera y gritan ante el mundo “soy español, español…” cosa impensable hace apenas un mes…

Es realmente hermoso, electrizante y contagioso ver la emoción y auténtica felicidad que irradia estos días el pueblo de este país, se respira un auténtico y profundo sentimiento de unidad y de comunión, gracias a un grupo de jóvenes que nos muestran el camino hacia la unidad y la sanación de viejas heridas.

Me alegro sinceramente y espero que la energía de La Roja nos ilumine y que todos saquemos una gran lección de estos héroes, ¡… pase lo que pase el próximo domingo…!

viernes, 2 de julio de 2010

El resentimiento


Este es el cuento de hoy, os dejo meditar sobre el tema...

"El tema del día era el resentimiento y el maestro nos había pedido que lleváramos papas y una bolsa de plástico. Ya en clase tuvimos que elegir una papa por cada persona que guardábamos resentimiento, escribir su nombre en ella y ponerla dentro de la bolsa. Como se pueden imaginar algunas bolsas eran realmente pesadas. El ejercicio consistía en que durante una semana lleváramos con nosotros a todos lados esa bolsa de papas. Naturalmente la condición de las papas se iba deteriorando con el tiempo.

Era muy fastidioso acarrear esa bolsa en todo momento y eso puso en evidencia y con mucha claridad el peso espiritual que cargaba a diario. Al mismo tiempo noté que tenía que poner toda mi atención en ella para no olvidarla en ningún lado, descubriendo que por ese motivo iba desatendiendo cosas que eran más importantes para mí.

Así que resolví abandonar la bolsa, y todo lo que ella representaba. No se dan una idea de cuan aliviado me sentí a partir de ese momento. "

Unos mojitos para refrescarse...