Me preguntan : “¿Cuál es el
sentido de la vida?
A nivel biológico :
Nacer, crecer, reproducirse y
morir
A nivel humano :
Despertarse por la mañana, asearse,
desayunar, hacer ejercicio, ir a estudiar o ir a trabajar, recibir un salario,
pagar las facturas, almorzar, cumplir con las labores domésticas, cenar, asearse
de nuevo e irse a dormir, esto como norma general, si bien con diversas
variaciones, dependiendo de las circunstancias, prioridades y también de las necesidades evolutivas
o espirituales de cada ser humano.”
Respuesta:
Al iniciar nuestro viaje por la vida, todos
recibimos por una parte unas “papeletas” con nuestra herencia biológica y por
otra parte cada uno vive en cierto modo la vida que ha elegido, la que ha ido
construyéndose con su carácter en su cultura y su ambiente, día a día con sus
aciertos y sus errores, aprovechando oportunidades o dejándose atrapar por
espejismos. Algunas vidas parecen más fáciles o gratas que otras, si bien, a
menudo el matiz está en la actitud con la que se encaran las dificultades del
camino, lo cual no es nada sencillo.
En cualquier caso, es evidente que nadie
tiene la respuesta a la pregunta de cual es el sentido de la vida, pero cada
uno tiene su opinión. Para mi el sentido de la vida, está en aprender de todo lo vivido,
aunque la conciencia de ese
aprendizaje no llegue siempre que uno lo desea. A veces, como los chicos en el
colegio que necesitan repetir curso, volvemos a pasar por una misma experiencia
varias veces. Pienso que lo que importa es el conocimiento y la experiencia consciente
que hemos obtenido a lo largo del camino, con cada situación, cada relación, cada
circunstancia. La esencia de lo aprendido a lo largo de esta vida, ese es el
único bagaje que nos llevamos en nuestro último viaje.
