viernes, 28 de julio de 2017

Ausencia de ego



En ocasiones los ruidosos visitantes ocasionaban un verdadero alboroto que acababa con el silencio del monasterio.
Aquello molestaba bastante a los discípulos; no así al Maestro, que parecía estar tan contento con el ruido como con el silencio. Un día, ante las protestas de los discípulos, les dijo:
- El silencio no es la ausencia de sonido, sino la ausencia de ego.

Fuente: ¿Quién puede hacer que amanezca? de Anthony de Mello





viernes, 14 de julio de 2017

A mi hijo Yvan



Dentro de unos días se cumple un año desde que te fuiste para siempre y sin preaviso. El tiempo ha pasado, y no ha habido un solo día en este año sin pensar en ti, cualquier cosa me lleva a ti. Todo este tiempo ha estado lleno de recuerdos, tu sonrisa en una foto,  una conversación con algún amigo o conocido tuyo, el sonido de tus palabras que resuenan en mi mente, tus expresiones, cariñosas, a menudo irónicas, tus enfados ante situaciones injustas, tus sueños e ilusiones que tratabas siempre de cumplir cuanto antes, con prisas, como si intuyeras que el tiempo se te acababa.

Te echo tanto de menos! A veces bajo de la nube y me siento como en el desierto, un desierto donde me siento perdida, observo y escucho un mundo sin sentido, lleno de incongruencias, a menudo carente de  solidaridad y de empatía con los que más lo necesitan y que tanto te molestaba a ti también, un mundo que nos abruma con su doble moral, sus políticas injustas, lleno de hechos cargados de violencia gratuita y me siento cansada y desencantada.

Pero la vida sigue, hay que caminar por ella y no dejarse arrastrar, afortunadamente me quedan otros seres queridos y gracias a ellos, poco a poco me re-animo, comparto sus ilusiones, trato de emprender nuevos caminos que me ayudan a tocar tierra en todos los sentidos; en el figurado al bajar poco a poco de la nube de profunda tristeza hacia la que me ha proyectado tu ausencia y también en lo real, ya que encuentro consuelo y paz al cuidar de nuestra pequeña huertita y del jardín, viendo crecer verduras, frutos y flores que me enseñan mucho y me permiten conectar con la bondad, la generosidad, la belleza de las cosas sencillas y la creatividad desinteresada de la madre Tierra que devuelve con creces las pequeñas atenciones que le dedicamos.

El tiempo pasa, pero tu siempre estás en mi corazón. Te quiero.

Françoise Mascaraque